Imagina que te encuentras en una discusión importante, o que recibes una llamada o un mensaje para el cual todavía no estás preparado para dar una respuesta. O que te acaban de chocar tu automóvil. Automáticamente, puedes sentir como aumenta tu frecuencia cardiaca (en situaciones extremas como una taquicardia), empiezas a sudar, puedes sentir dificultad para respirar y tensión o dolor en alguna parte de su cuerpo. Estas reacciones de las cuales puedes estar o no consciente, forman parte de la respuesta de estrés. En realidad, la gravedad de estos síntomas no se relaciona con el hecho de que los experimentes en un momento en particular, sino que en el largo plazo, estos mecanismos que se disparan una y otra vez traen consigo importantes complicaciones y cuadros tales como enfermedades cardiovasculares, infartos, cefaleas y dolor crónico, entre otras. Para ilustrar los efectos del estrés en tu cuerpo, imagina un automóvil o equipo de cómputo encendido día y noche. En ...
Psicologia, Salud y Bienestar Psic. Claudia Juarez