En el fútbol como en otras situaciones de nuestra vida, es indispensable saber manejar la presión y mantener control sobre nuestras emociones, pues de ello dependerán en gran medida nuestros resultados.
Fueron muchas las expresiones emocionales que observamos a lo largo de esta justa futbolística, como el entusiasmo de Miguel Herrera, el llanto desconsolado de quienes iban quedándose en el camino como James Rodriguez, Neymar, y las que resultaron de la descalificación de Brasil.
El 7-1, la derrota "catastrófica" como le han llamado, del equipo de Brasil frente a Alemania, es un evento que pasará a la historia en un momento en el que los cuestionamientos respecto del dinero invertido para la realización de esta Copa Mundialista hacen mella en el ánimo popular de aquel país, así como el recuerdo del evento ocurrido en el Maracaná hace más de medio siglo.
Así pues, la presión social fue un factor que impactó significativamente en lo emocional a dicha selección, pese a que su técnico Luis Felipe Scolari negara dicha presión sobre los jugadores días antes, cuando fue pública la crisis de ansiedad que sufrieran algunos de ellos después del partido contra Chile, y que provocara la llamada casi de emergencia a la psicóloga Regina Brandao.
Es evidente que la selección brasileña no estaba en su mejor momento, que además de la presión social y la baja de Neymar, no tuvieron la capacidad para recuperarse psicológicamente después del primer y segundo gol, y fue entonces cuando sobrevino la llamada catástrofe. Es claro que un equipo como Brasil no requiere de intervenciones en crisis, sino de un entrenamiento sólido, no solo en la cancha, sino también en lo que al manejo de emociones y por supuesto técnico se refiere.
El equipo alemán, que aprovechó las limitaciones de su contendiente, y que mostró y demostró que el fútbol no es un deporte que se juegue con los pies, sino con la cabeza, y no nos referimos a las famosas "cabecitas", sino que es indispensable mantener la calma, permanecer atentos y concentrados en el juego, pues en este como en otros deportes,no hay espacio para las emociones, pues bastan únicamente cinco minutos dedistracción para que se produzca lo irremediable.
Por su parte, Argentina quien se enfrentó el día de ayer a Holanda, en un juego que algunos califican más de semifinal que el de Brasil - Alemania, para otros aburrido, que se definió hasta los penales. El resultado de dicho encuentro conforma una final, para algunos predecible, Alemania vs Argentina, en la que una vez más, no ganará la selección más apasionada, sino aquella que juegue con los pies en la tierra y con toda su atención puesta en el campo de juego.
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Imagen: Dreamstime
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