Hace un par de semanas, estaba sentada en la oficina de un colega, cuando algo en su escritorio capturó mi atención. Stressaholic, el nuevo libro de Heidi Hanna estaba allí.
El estrés puede ser un fármaco para nuestro cerebro. Reconfigura la forma en que nuestros cerebros están funcionando, entonces sus efectos en nuestro cuerpo pueden ser peligrosos.
Como la Dra. Hanna señala, el estrés como cualquier otra droga, no sólo libera adrenalina o cortisol, sino también dopamina en el cerebro, lo cual refuerza el círculo vicioso observado en diferentes tipos de adicción. El estrés, parece cumplir los criterios de adicciones incluidas en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Para aquellos que están familiarizados con el DSM, es probable que recuerden algunos de estos criterios: la tolerancia causada por el uso repetido que nos hace "necesitar" o desear más, los síntomas de abstinencia, la disminución de la participación en otras actividades, su uso repetitivo a pesar de las consecuencias físicas y psicológicas, etc.
Como menciono en mis pláticas sobre prevención de adicciones, hay algunos tipos de adicción que son socialmente aceptadas, incluso reforzadas. Tal es el caso de la adicción a la estrés.
Como sabemos, los efectos más indeseables vienen cuando el estrés se vuelve crónico. Entonces, la importancia de controlar el estrés con el fin de conseguir aliviar la tensión y de crear un equilibrio óptimo es enorme. No se trata de escapar del estrés - que en realidad es poco realista- sino crear una relación sana con él.
La Dra. Hanna menciona:
No podemos controlar lo que causa o contribuye a desencadenar nuestra respuesta al estrés, pero podemos fortalecer nuestro sistema completo para operar de una manera más flexible; cómo nos enfrentamos a la tensión diaria y transformar nuestra relación de codependencia con él.
También se refiere a la crisis de la energía humana - algo que muchos de nosotros somos conscientes pero sólo unos pocos hacemos algo para solucionarlo.
Nuestra falta de energía nos ha hecho dependientes neuroquímicamente sobre las fuentes de estrés que nos proporcionan el estímulo que necesitamos para maniobrar a través de la vida. El estrés es adictivo; actúa sobre las mismas regiones del cerebro que otras sustancias y conductas adictivas, como el azúcar, el juego, las compras y el sexo.
Como muchas otras adicciones, el primer paso en el proceso de recuperación es ser conscientes de nuestra dependencia, y por supuesto, al deseo de cambio. Como también observo en mi experiencia de trabajo con clientes y las empresas, la mayoría de la gente piensa en el estrés como sinónimo de "ser importante" o como necesario para un buen desempeño de las personas o equipos. Puedes leer más sobre esto en el post ¿Eres un líder generador de estrés?
También es necesario ser consciente de sus riesgos. Estos han sido ilustrados por muchos investigadores del estrés incluyendo el Dr. Hans Selye y el Dr. Robert Sapolsky. Muchos de los expertos en gestión del estrés entre los que me incluyo, dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a aumentar el conocimiento sobre el estrés y sus efectos en nuestros clientes.
La Dra. Hanna nos advierte sobre algunos comportamientos comunes en nuestra rutina diaria como comer alimentos que no nos aportan energía, y que de hecho la reducen; pasar sentados demasiado tiempo, o sobreactivarnos físicamente; nuestra dependencia de la tecnología y la falta de conversaciones cara a cara significativas, que parecen en la actualidad ser reemplazadas por cientos de amigos en las redes sociales; el "miedo de perderse algo importante" o lo que ella llama FOMO (fear of missing out) cuando no somos capaces de conectarnos a las redes sociales o el internet.
Ella propone un proceso de recuperación similar al de cualquier recuperación de adicciones. En su modelo de cinco pasos - Descansar, Reparar, Reconstruir, Repensar y Rediseñar- La Dra. Hanna nos habla acerca de los elementos clave para conseguir la recuperación del estrés, pero también para mantener una buena salud. Algunos de estos elementos son:
- Utilizar lo que ella llama actividades para calmar la mente, tales como la respiración profunda, la relajación muscular progresiva y la meditación. Normalmente, enseño a mis clientes estas prácticas por sus efectos positivos en el cerebro y el cuerpo. En este punto, la Dra. Hanna también reconoce el poder de herramientas como el Biofeedback para la autorregulación ( más sobre este tema puedes encontrar en este blog).
- La importancia de una buena nutrición para reducir la respuesta inflamatoria que podría sobrevenir con la respuesta al estrés crónica, y comer lo que ella llama Alimentos para aumentar nuestra energía (encontrados la mayor parte de ellos en la Dieta Mediterránea), así como practicar ejercicio moderado.
- El papel crucial de una buena noche de sueño y desconectarnos de la tecnología.
- El impacto que nuestros pensamientos tienen en nuestra salud y la importancia de practicar la gratitud, mostrar auto-compasión entre otros aspectos de la Psicología Positiva.
La autora señala lo que mi experiencia también me dice: la mayor parte de los programas de manejo de estrés son reactivos, cuando el estrés ya ha cobrado factura. Y la mayoría de las personas en las organizaciones tienen miedo a decir que están estresados porque sus jefes pudieran considerarlos como perezosos o débiles. Es hora de cambiar la cultura de las organizaciones con el fin de apoyar la salud y el rendimiento.
No podría estar más de acuerdo con la autora; He encontrado en este libro muchos de mis pensamientos y experiencias sobre el estrés, por lo que te recomiendo que lo leas.
Visita también nuestra página web
www.transformatuestres.com
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