Y más difícil aún en tales circunstancias, poder explicar y aceptar el valor de la gratitud.
Dice Gretchen Rubin en su libro The Happiness Project que nuestra felicidad es influenciada por la comparación que hacemos con otros, es decir, con aquellos que según nuestro juicio están en mejores o peores circunstancias; cuando nos comparamos con aquellos que han sufrido una desgracia semejante, tendemos a apreciar más lo que tenemos, la vida por ejemplo.
En los días posteriores al 11 de septiembre de 2001, la emoción que más experimentaba la gente - después de la compasión - era la gratitud. La gratitud es importante para la felicidad. Los estudios muestran que las personas que son consistentemente agradecidas son más felices y están más satisfechas con sus vidas, se encuentran más saludables físicamente y pasan más tiempo ejercitándose. La gratitud te libera de la envidia, porque cuando agradeces lo que tienes, no te consumes queriendo algo diferente o algo más. En cambio, te permite vivir de acuerdo a tus posibilidades y también ser más generoso con los demás. La gratitud aumenta la tolerancia, pues es difícil sentirte decepcionado de alguien al cual le tienes agradecimiento. La gratitud te conecta también con la naturaleza, por que una de las cosas más fáciles por las cuales sentir gratitud es por la belleza de ésta...
Mira este hermoso y cautivante video sobre el tema narrada por el hermano David Steindl-Rast:
Recuerdo también aquel script memorable de la película Love Actually en la que Hugh Grant afirma:
La opinión general es que vivimos en un mundo de odio y codicia, pero yo no veo eso. A mi me parece que el amor está en todas partes.. No se le dignifica ni es de interés periodístico, pero está siempre ahí: padres e hijos, madres e hijas, esposos, novios, viejos amigos. Cuando los aviones golpearon las Torres Gemelas, ninguna de las llamadas de la gente a bordo eran mensajes de odio o venganza, todos eran mensajes de amor.. Si lo buscas, encontrarás que el amor está en todas partes
No podemos permanecer indiferentes ante el dolor y la desgracia ajena, pero tampoco si se me permite, podemos pensar que el mundo es horrible, que la gente es mala, y que hay que protegernos de todo y de todos. Ciertamente ocurren situaciones como éstas, pero no debemos perder de vista todo lo bueno que tenemos y agradecer por ello.
Si en vez de pensar en todo lo malo, pensáramos en todo lo bueno, nuestro mundo cambiaría, porque solamente de esta manera dejarían de ser noticia las cosas malas, y empezarían a serlo las cosas buenas.
Y en estos tiempos de cólera, qué tienes tu que agradecer?
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Imagen: © Alan Ager | Dreamstime Stock Photos
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