A diferencia de lo que algunos suponen el centro del
placer no se encuentra en el área genital sino en el cerebro. El Nucleus Acumbens, su nombre
científico, no es una estructura sino un conjunto de neuronas que
trabajan en conjunto, para procesar los estímulos placenteros.
El Nucleus Accumbens forma parte del sistema límbico, e interactúa continuamente con otros dos componentes de nuestro cerebro: la amígdala (emociones) y la corteza pre-frontal. Juega entonces un papel muy importante en la activación sexual y la activación producida por ciertas drogas.
El Nucleus Accumbens forma parte del sistema límbico, e interactúa continuamente con otros dos componentes de nuestro cerebro: la amígdala (emociones) y la corteza pre-frontal. Juega entonces un papel muy importante en la activación sexual y la activación producida por ciertas drogas.
La nicotina, por ejemplo, una de las 4 mil sustancias tóxicas,
adictivas y estimulantes que contiene el cigarro, tiene el poder de estimular
dicha región, a través de la liberación de neurotransmisores como la dopamina y
otros, que activan el también llamado Circuito de la Recompensa.
Se ha sugerido que es posible la eliminación de los
nucleus accumbens como una alternativa al tratamiento de adicciones. En otros
casos, que la estimulación a través de electrodos para activar estos grupos de
neuronas, puede ser útil para tratar la depresión.
Pero sería posible encontrar fuentes alternas de placer que estimulen dichos centros?
Se ha
demostrado que la liberación de dopamina, ocurre también cuando nos encontramos
realizando una actividad sumamente placentera (puede o no estar relacionada con
el sexo).
Actividades como el ejercicio, el juego y nuestra alimentación juegan un papel muy importante en la activación de placer.
Pensar en algo positivo, algo que nos haga sentir
bien, como el lograr un propósito o una meta, o imaginarnos con la persona
deseada puede incluso actuar como liberador de estos mecanismos.
Aunque los cambios que ocurren en esta zona del cerebro pueden observarse directamente por medio de imágenes o escáneres cerebrales, también es posible observar dichos cambios en nuestro cuerpo: Esto lo hemos observado cuando pedimos a nuestros entrenandos que piensen o imaginen algo agradable, que les cause placer. Inmediatamente podemos observar cambios en su temperatura periférica registrada por medio de la colocación de un sensor en uno de los dedos de su mano.
Activar nuestros centros de placer,
es algo que podríamos realizar por cuenta propia, y no nos referimos solamente a la actividad sexual, la cual es una fuente de placer importante, sino también a buscar propositivamente todo aquello que nos genere satisfacción y bienestar.
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