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Hace un par de días se celebró el Día Mundial del Corazón y
por ello queremos referirnos en esta ocasión como lo hemos hecho ya
anteriormente a la importancia de la salud cardiovascular, su relación con las
emociones y la manera en que podemos eficientar su funcionamiento.
Y es que el corazón es un órgano altamente sensible, no solo
al sedentarismo, a malos hábitos alimenticios y al fumar. También lo es a
nuestros estados emocionales, pues como hemos señalado, emociones negativas
como la ira, la tristeza y el miedo lo debilitan, tal es el caso de la
Miocardiopatía de Takotsubo, un tipo de cardiopatía inducida por el ESTRÉS,
cuya incidencia es mayor en las mujeres. A propósito: sabías que la principal
causa de muerte en las mujeres no es el cáncer de mama, ni de útero, sino las
enfermedades cardiovasculares?
Ningún sistema es tan vulnerable al estrés como lo es el
sistema cardiovascular, señala el Dr. Robert Sapolsky, quien explica las razones de ello:
- La respuesta de estrés provoca una elevación o
aumento de la presión arterial, mejor conocida como hipertensión. Cuando el
estrés es crónico, por ende lo es la presión arterial elevada.
- Dicha elevación o aumento, hace que estas
arterias, que originalmente son muy delgadas, tiendan a desarrollar una capa
muscular gruesa, con objeto de soportar la presión sanguínea. La sangre como
sabemos, es bombeada por el corazón hacia todo el cuerpo, pero igualmente
circula de vuelta hacia él, como las olas que van y vienen, adquiriendo cada
vez mayor fuerza. Este “tsunami” como señala Sapolsky provocará, que con el
paso del tiempo, aumente la masa muscular del ventrículo izquierdo dando lugar
a una hipertrofia, la hipertrofia del ventrículo izquierdo.
- Además de afectar nuestro corazón, la presión
arterial elevada que acompaña a la respuesta de estrés, provocará que las
venas, por el hecho de que éstas pasan por un proceso de varias bifurcaciones,
puedan ser dañadas en sus capas interiores, lo cual dará lugar a un proceso de
inflamación, y en algunas casos, la ruptura.
-
Por otro lado, la activación del sistema
simpático, característico de la respuesta de estrés, provoca también un aumento de la viscosidad en la sangre y la
formación de placa (ateroesclerosis) que se adherirá fácilmente a los sitios
inflamados.
-
Con el paso del tiempo, esta placa formará un
trombo, que obstruirá el paso de la sangre. A nivel de corazón, dicha
obstrucción provocará un infarto al miocardio, mientras que si ocurre a nivel
cerebro, dará lugar a un infarto cerebral, conocido también como stroke.
Pero no solo el estrés crónico puede afectar nuestro corazón,
también el estrés agudo, provocando desde una arritmia y en casos severos, la
muerte súbita.
Qué son las arritmias
Las arritmias, como su nombre lo indica es la variación en
el ritmo cardiaco, que en ocasiones parece latir más de prisa, y en ocasiones
más lentamente, sin una razón para ello. Las arritmias, son resultado de que los impulsos eléctricos que controlan los latidos del corazón, se retrasan o bloquean. Dentro de los factores que interfieren con el ritmo cardiaco están, además del estrés y por supuesto los factores congénitos, el tabaco, el alcohol, la cocaína, la cafeína, las anfetaminas, y algunos medicamentos.
Las arritmias, se caracterizan por un patrón
caótico o irregular, que es observado con mucha frecuencia en estados no
sólo de estrés, sino también de ansiedad, ira y miedo.
En una persona sana, que se encuentra en estado de reposo,
la frecuencia cardiaca esperada es de 60 a 100 pulsaciones por minuto. Pero
además de la frecuencia, nos interesa que su corazón tenga cierta ritmicidad y
amplitud, a esto se le conoce como Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca.
Qué es la Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca (VFC)
La VFC son los intervalos o espacios de tiempo, que pueden
ser medidos, entre un latido y otro. Entre mayor sea el tiempo que transcurre
entre uno y otro, es mejor para nuestro corazón, que no tiene que trabajar a
marchas forzadas. La mayor amplitud es observada en estados de calma, la cual
puede ser entrenada.
El entrenamiento de la Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca
es hoy día una de las herramientas esenciales para optimizar el funcionamiento
de nuestro corazón y evitar consecuencias como las que hemos descrito
anteriormente. Esto lo hacemos a través de diversas técnicas, con apoyo del Biofeedback,
el cual nos permite observar tanto al entrenando como al experto, las variaciones
del ritmo cardiaco ante diferentes situaciones o estados emocionales. Más allá
de ser un monitor de presión arterial, o pulso, el Biofeedback nos permite
entrenar a la persona, para que su corazón lata de manera rítmica, armónica, la
cual constituye un buen predictor de salud cardiovascular.
El entrenamiento de la
VFC posee un valor incalculable, no sólo en la clínica, también en el
deporte de alto rendimiento y el mundo de los negocios que como sabemos, los
ejecutivos sufren día con día mayor número de infartos al miocardio y
cerebrales, debido a las presiones y a un estilo de vida poco saludable.
Si quieres mantener tu corazón en óptimo funcionamiento,
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Referencia:
-
Sapolsky,R. (1998) Why zebras don't get ulcers. Owl books
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