Hace tiempo,
el esposo de una amiga que era director de una compañía de transportación, me dijo: pero yo no quiero que mis empleados le bajen al
estrés! al contrario! Quisiera yo
ponerles un alfiler (en salva sea la parte) para que se pongan a trabajar!!
El estrés, todavía a la fecha, continua siendo un
enigma, todos hablan de él, pero ninguno le conoce, y de ahí derivan toda una
serie de prejuicios y estereotipos. Equivocadamente, y como lo hemos señalado
antes, se piensa que es necesario estar estresado para tener buenos resultados,
muchas personas suelen decir “es que yo trabajo mejor bajo presión” sin
considerar los efectos negativos del estrés a largo plazo.
Pero que hay del liderazgo? Es posible que una persona, en
este caso, el líder, pueda generar estrés en su equipo de trabajo, más de lo
que pudiera ser razonable pero sobre todo UTIL en términos de productividad?
Debemos aclarar que si bien el estrés y como hemos dicho en
otras ocasiones, es una respuesta individual, existen en las organizaciones,
ciertos factores que propician dicha respuesta en buena parte de los
colaboradores, entre ellos, uno de los más importantes, el liderazgo.
Según el investigador Robert Hogan, citado por el Prof. Bob
Sutton, autor de Buen Jefe, Mal Jefe,
La encuesta de Gallup, señala Sutton, concluye que
“las personas no se marchan de las organizaciones, sino que huyen de los malos jefes”
La encuesta de Gallup, señala Sutton, concluye que
"los malos jefes son uno de los principales motivos por los que un 56% de los empleados se muestra ausente y se pasa el día como sonámbulo, y lo que es peor, los empleados más amargados socavan los logros de sus compañeros"
Por el contrario, las empresas en las que un mayor número de
trabajadores inmediatos afirma que sus superiores inmediatos se preocupan de
ellos, la satisfacción, la retención y la productividad son mayores, así como
la rentabilidad.
Por otra parte, la manera en cómo se conduzca el líder
provoca un efecto en cascada, haciendo que los otros jefes se comporten de
manera similar.
Los jefes, condicionan la forma en que los empleados pasan
su jornada, si experimentan alegría o desesperación, rinden bien o mal, están
saludables o se enferman.
Pero cómo saber si eres un líder generador de estrés? Ser un mal jefe, o mejor dicho, un líder generador de estrés, no es ser necesariamente un jefe que grita (aunque tampoco debería serlo). Aquí
algunas pistas:
1)
“Superviso constantemente a mi gente, no importa
si son nuevos o llevan años trabajando conmigo. No confío en ellos y dicen que
Al ojo del amo engorda el caballo”.
REALIDAD: La vigilancia continua
o extrema no favorece el rendimiento de la gente, incluso puede empeorarlo.
2)
“Confío en mi gente desde el primer día, aún si
veo que tienen problemas para realizar su trabajo, creo que encontrarán la
forma de resolverlos, además no tengo tiempo para enseñar”.
REALIDAD: Este tipo de líder es
la otra cara del anterior. No supervisar en absoluto, ni ofrecer dirección o
apoyo en caso necesario, puede también generar estrés en un grupo que apenas
comienza y no tiene los elementos básicos para actuar. Si bien puede ser un
potenciador de desarrollo, puede que los miembros del equipo requieran de mayor
tiempo y madurez.
3)
“Creo que lo más importante es actuar con
inmediatez, por eso siempre exijo las cosas para HOY”
REALIDAD: Tanto para el jefe como
para sus colaboradores, vivir en una larga situación de urgencia resulta sumamente desgastante.
4)
“ Creo que la vida privada de mis empleados no
me compete. Sería entrometerme en sus vidas el preguntarles cómo están ellos o
sus familias”
REALIDAD: Los colaboradores
aprecian el que sus jefes les traten como seres humanos y se preocupen por
ellos. Este interés debe ser genuino, ya que de lo contrario, igualmente será
negativo.
5)
“La retroalimentación para que sea efectiva tiene
que ser inmediata, si no pierde su impacto. Por eso, cuando se trata de
corregir errores, procedo inmediatamente a hacerlo, y si es delante de un
grupo, mejor”
REALIDAD: Aunque ciertamente la
retroalimentación debe ser oportuna, cuando se trata de corregir errores, es
mejor hacerla en privado y tranquilamente. Pocas cosas pueden ser más
generadoras de estrés que recibir un llamado de atención en público.
6)
“Decirle a alguien que ha hecho bien su trabajo
es motivo para que se confíe y deje de actuar eficientemente. No creo que a
estas alturas deba yo detenerme a hacerlo, además en esta empresa pagamos altos
sueldos”
REALIDAD: Ambas formas de
reconocimiento, tanto al trabajo bien hecho, como el económico, son
satisfactores que impactan positivamente el rendimiento de tus colaboradores.
7)
“OK con este tema de Wellness, pero que vaya mi
gente, porque yo no tengo tiempo, además yo no sufro de estrés”
REALIDAD: Los buenos líderes
predican con el ejemplo, y las iniciativas de Wellness o de otro tipo fracasan
ante la falta de compromiso directivo. Y respecto a lo segundo, muchos líderes
no son conscientes de su propio estrés, lo cual puede afectar negativamente no
solo su función sino su salud.
Si bien los ejemplos antes ilustrados pueden ser exagerados,
en otros pueden ser reales y reflejar en mayor o menor medida tu pensamiento
como líder.
Recuerda:
- Los buenos líderes generan la sinergia necesaria para motivar a sus colaboradores a actuar, pero lo hacen racional y positiva-mente.
- Los buenos líderes son conscientes y aprender a manejar el estrés efectiva-mente lo cual se traduce en buenos resultados tanto para ellos como para su organización.
- Manejar el estrés es una competencia clave del liderazgo, y cuando lo haces, generas un efecto multiplicador positivo en tu gente.
Eres o tienes un jefe así, visita
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