El estrés es una epidemia.
Todas las personas tienen una opinión acerca del estrés. Para algunas, el estrés es bueno, para otras es una pesadilla. El problema no es lo que se piensa en el estrés. Los efectos del estrés en nuestros cuerpos y cerebros no están en nuestra imaginación, son reales.
Si has visto Los Simpsons, recordarás las situaciones a las que se tiene que enfrentar Homero. Su hijo hiperactivo, su demandante mujer, su jefe impredecible y olvidadizo, pero sobre todo, la falta de control de su propia vida y sus malos hábitos, crean una gran cantidad de estrés en su vida. El personaje de Homero nos recuerda, un gran estudio realizado en Inglaterra, el Whitehall Study I y II (a finales de los años 60 y 80, respectivamente) en el que se encontró los que empleados de baja jerarquía, tenían un riesgo más elevado de sufrir estrés, enfermedades cardiovasculares y obesidad.
Pero no sólo los empleados de baja jerarquía están sufriendo estrés. En la vida real, la gerencia media y los altos directivos tienen también altos niveles de estrés. Probablemente los conozcas, o peor aún, seas uno de ellos.
El estrés no sólo afecta a nuestros corazones y nuestras cinturas, sino también nuestros cerebros. Estudios científicos revelan que el estrés puede reducir el tamaño de la materia gris en algunas regiones de nuestro cerebro, y es probable que lo hayas notado. Un día se te olvidan las llaves, al día siguiente las encuentras, pero no puedes recordar de dónde son esas llaves: son de la casa de tus padres? ¿Son las de tu propio apartamento? La siguiente semana no puedes tomar una decisión "simple" o no eres capaz de leer un documento importante porque tu cerebro está muy ocupado "pensando" en diez o más cosas diferentes al mismo tiempo. En una reunión de trabajo, no dices nada porque no tienes ni idea de lo que están hablando. Luego te vas a tu casa y tu pareja te dice: ¿Me estás escuchando? Dónde estás? Estás perfectamente distraído. Pero tienes 30 o 40, incluso más joven, por lo que las probabilidades de demencia o Alzheimer son mínima. Todo es estrés.
El estrés te hace parecer estúpido, pero no lo eres!
Cuanto más estrés hay en tu vida, eres menos eficaz. Si el estrés es mayor de lo que eres capaz de manejar, tienes un problema. Pero si el estrés se prolonga en el tiempo, y es el mismo caso para la depresión, perderá algunas sinapsis del cerebro, tu volumen cerebral se verá disminuido, entonces es probable que sufras deterioro emocional o cognitivo.
Hace muchos años, la gente pensaba que las células del cerebro no se regeneraban, si tus células cerebrales morían (y de hecho mueren todo el tiempo) estabas condenado al fracaso. Afortunadamente, hoy en día sabemos que, como otras células del cuerpo, las células del cerebro también tienen la capacidad de regenerarse. Esto se conoce como neuroplasticidad, a través del cual se puede remodelar el cerebro después de la tensión a largo plazo.
¿Cómo puedes hacer eso?
Tu puedes hacer muchas cosas para evitar que el estrés afecte tu cerebro. Algunos malos hábitos como los pensamientos negativos, la ruminación, la falta de ejercicio, el alcohol, el tabaco, la cafeína, las grasas saturadas y más pueden afectar tus recursos para lidiar con el estrés.
Aunque es inevitable tener estrés en nuestras vidas, puedes aprender a lidiar con el estrés diario. No pretendemos darte una receta de cocina, porque cada persona es diferente. Cada uno de nosotros reaccionamos de diferentes maneras a los mismos factores de estrés, y tenemos diferentes formas de manejarlo. De cualquier forma, aquí algunas sugerencias:
1. Aprende a identificar tu propio estrés. La mayoría de la gente no lo hace.
2. Aprende a identificar y controlar tus pensamientos. Somételos a una prueba de realidad. Si te parece difícil hacer esto, un terapeuta cognitivo conductual puede ayudarte.
3. Aprende algunas estrategias de autorregulación. La respiración diafragmática, la relajación progresiva de los músculos y las imágenes son excelentes opciones.
4. Adopta o mantén un estilo de vida saludable. Come y duerme bien, haz ejercicio moderado. Evita el alcohol, el tabaco y los medicamentos sin receta.
5. Organízate. Evita el síndrome de la agenda llena. Toma un poco de tiempo libre. Toma vacaciones en forma regular.
6. Se asertivo. Aprende a decir "NO".
7. RESPIRA!
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Artículo originalmente publicado en inglés para LinkedIn
imagen: pptbackgrounds.net
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