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EL ARBOL DE MI VECINO (UNA HISTORIA SOBRE DEJAR IR)


Cada otoño, el árbol que se encuentra al frente de la casa de mi vecino, va desnudándose poco a poco. Va perdiendo una a una sus verdes hojas, que se han tornado amarillas, para formar un inmenso tapete sobre ambas aceras, el paso vehicular y uno de sus coches, el cual se encuentra estacionado frente a su entrada.


La tarea de barrer las hojas, resulta en ocasiones tediosa. Sin embargo, creo que podríamos aprender mucho de ese árbol:


Quién fuera ese imponente árbol para mudar sus hojas y vestirse la siguiente primavera, con un nuevo traje.  

Quién fuera él, para darse cuenta de que el traje anterior le ha quedado corto, ha pasado de moda, y es necesario desprenderse de él.

Como el árbol, las personas necesitamos DEJAR IR.


DEJAR IR, o desprendernos de aquellas cosas que no nos sirven: el resentimiento, el rencor, el desamor.


DEJAR IR, aquellas ideas, formas de pensar, prejuicios, que no nos ayudan y limitan nuestra visión.


Conozco algunas personas que acumulan estos sentimientos por años, y recuerdan que hace 20 años... su mamá, su papá... y entonces, reviven la ofensa, el daño, y se instalan ahí.


Conozco a otras, que se "cierran" ante nuevas ideas, conceptos, y formas de pensar, porque piensan que la suya es la correcta o la mejor.


La naturaleza del árbol como la de la cebra son distintas a la nuestra. El árbol muda sus hojas. La cebra después de haber sido atacada por su depredador, se sacude y se va. 


Y por qué a los seres humanos nos cuesta tanto trabajo hacer esto?

Ego?

Costumbre?

Adicción?

Creo que si aprendiéramos a DEJAR IR seríamos más felices.

Sufriríamos menos ESTRES.

Nos liberaríamos.


Y podríamos vestirnos la siguiente primavera con ropas nuevas.


Y para tí, qué tan fácil o qué tan difícil te resulta DEJAR IR?



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