En el 2016,
tenemos relojes que cuentan cada paso que damos, aplicaciones en nuestro
teléfono que cuentan cada caloría que ingerimos y quemamos, “camisetas
inteligentes” que miden nuestra frecuencia cardiaca y respiración. Vivimos en
una era de seguimiento de datos personales, y aun así muchos expertos dicen,
estamos perdiendo una gran oportunidad para usar la información de nuestro
cuerpo para cambiar nuestra actividad fisiológica y mejorarla.
El Biofeedback es
dificilmente nuevo: sus usos terapéuticos datan de alrededor de 50 años (inicia
a finales de los 60). Sin embargo, la técnica es más fácil que nunca, dice Paul
Lehrer, profesor de Psiquiatría en la Rutgers Robert Wood Johnson
Medical School.
“La gente solía pensar que el Biofeedback era un
procedimiento esotérico que requería de un equipo complicado y mucho dinero”,
dice. “Hoy en día yo tengo un dispositivo (de Biofeedback) en mi teléfono que
me costó 5 dólares”.
Mientras que esa app no es exactamente la versión más
sofisticada de la herramienta, dice Lehrer que los psicólogos pueden ser
certificados en Biofeedback y adquirir el equipo necesario sin requerir de una gran inversión. “El Biofeedback es efectivo y accesible” y agrega “es una
herramienta muy poderosa”.
Mientras tanto, investigadores han comenzado a desarrollar
nuevas formas de Neurofeedback (Biofeedback de ondas cerebrales), que puedan ayudar a las personas a aprender a
modificar patrones de actividad cerebral asociados con cualquier número de pensamientos
y conductas desadaptativas.
Estudios recientes indican que la retroalimentación con Imágenes de Resonancia Magnética Funcional en tiempo real (FMRI) pueden ayudar a tratar
desórdenes clínicos tales como la depresión, la esquizofrenia, la adicción y el
dolor crónico.
“Muchas intervenciones farmacológicas que tenemos para estos
desórdenes fueron tiros en la oscuridad” dice Kymberly Young, neuropsicóloga
que estudia Neurofeedback con Imágenes de Resonancia Magnética Funcional en el
Instituto de Investigación del Cerebro en Tulsa, Oklahoma. Con el Neurofeedback
“podemos utilizar lo que hemos aprendido de los estudios de Neurociencia para apuntar a regiones específicas del cerebro.
Es un gran avance en el tratamiento”.
Fundamentos del Biofeedback
El objetivo del Biofeedback es enseñar a las personas a tomar control de funciones
fisiológicas como la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la
tensión muscular. En una típica sesión de entrenamiento, la persona está conectada
a sensores eléctricos que proporcionan información sobre estas funciones. Con
el tiempo, la persona puede aprender a cambiar el ritmo de la respiración o
relajar los músculos para producir un cambio deseado en su fisiología. Después
de dominar la técnica, dice Lehrer, la mayoría de las personas son capaces de
replicar los beneficios en su vida cotidiana, sin la ayuda de sensores.
Lehrer se centra en la Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca. Él la encuentra especialmente útil para el manejo de los trastornos de
ansiedad y pánico, que por lo general están caracterizados por la hiperventilación y
la aceleración del ritmo cardíaco. Pero él y otros defensores enfatizan que
casi cualquier persona puede beneficiarse de la técnica.
Como psicólogo clínico, Lehrer pasa la mayor parte del
tiempo en sus sesiones con clientes utilizando técnicas estándar de terapia
cognitiva conductual. El Biofeedback se da en sólo una parte del tiempo dentro
una sesión típica, dice - "pero para algunos pacientes, es lo más
importante que hago."
El Biofeedback (o Biorretroalimentación) tiene su inicio en la Psicología.
En la década de 1960, los psicólogos desarrollaron la técnica para demostrar
que el sistema nervioso autónomo estaba sujeto al condicionamiento operante (bajo el
principio de que el comportamiento es controlado por consecuencias positivas y
negativas). Por desgracia, dice Lehrer y otros "el campo se ha convertido en 'Psicofisiología aplicada', y muy pocos programas de formación de
psicología enseñan Biofeedback hoy día".
"El Biofeedback no es algo común, y eso es una
pena", coincide Carol Austad, PhD, psicóloga de la Universidad Central del
Estado de Connecticut.
Ella enseña Biofeedback a los estudiantes universitarios para
ayudarles a manejar el estrés mediante el control de su respiración y la
variabilidad de la frecuencia cardíaca. Sus clientes también han encontrado que
es útil en el manejo de la depresión, la ansiedad y el dolor crónico.
"Como una ayuda complementaria a la psicoterapia, es
fantástico", añade. "El paciente se siente en control
sobre sus propias funciones corporales. Cuando tiene esa sensación de dominio,
se puede lograr más en la psicoterapia."
Neurofeedback y Electroencefalografía
Otros clínicos han encontrado beneficios similares con la
retroalimentación que proporciona información sobre el cerebro. El Biofeedback
de ondas cerebrales o Neurofeedback mide la actividad eléctrica del cerebro a
través de sensores colocados en el cuero cabelludo, lo que permite a la gente a
aprender a regular su función cerebral.
El Neurofeedback puede ayudar con una variedad de trastornos
basados en el cerebro, incluyendo la ansiedad, los trastornos del estado de
ánimo y trastornos del sueño. Hasta la fecha, sin embargo, la mayor parte de la
evidencia clínica de la técnica consiste en el tratamiento del TDAH, dice Lynda
Thompson, PhD, que dirige el ADD Center e Instituto de Biofeedback en Toronto.
En un meta-análisis de ensayos controlados aleatorios,
Jean-Arthur Micoulaud-Franchi, MD, PhD, y sus colegas encontraron que el Neurofeedback mejora los síntomas de falta de atención de los niños con TDAH (Frontiers
of Human Neuroscience, 2014). Y en un estudio de hace dos años, Naomi Steiner,
MD, y sus colegas encontraron que el Neurofeedback fue más eficaz que la
terapia cognitivo-conductual para reducir los síntomas del TDAH (Pediatría, 2014).
El entrenamiento típico se parece mucho a un juego de video,
dice Thompson. Los niños que reciben este entrenamiento, lo hacen a través de
un juego computarizado que procede sólo cuando están en calma y concentrados.
Si el EEG detecta patrones de ondas cerebrales asociadas con la distracción, el
juego se detiene. "El método recompensa los patrones de ondas cerebrales
más saludables", dice ella.
El Neurofeedback no se limita a enseñar buenos hábitos, dice
Thompson. Con el tiempo, la práctica regular de neurofeedback puede cambiar el
cerebro. Jimmy Ghaziri y sus colegas de la Universidad de Montreal han
descubierto que el entrenamiento en Neurofeedback destinado a mejorar la
atención, dió lugar a cambios estructurales que involucraron tanto la sustancia
blanca y gris (EEG Clínica y Neurociencias, 2013).
Aún así, la base de la evidencia científica para el Neurofeedback todavía no es tan sólida como a muchos médicos les gustaría.
Los primeros ensayos con frecuencia no incluyeron adecuado neurofeedback
"falso" para los grupos de control, lo que a menudo era claro para
los participantes y los investigadores que habían recibido la terapia real,
dice Lucas Stoeckel, PhD, director del Programa de Neurociencia Cognitiva y Clínica
para la Obesidad y Diabetes de los Institutos nacionales de Salud.
"Hay razones para creer que algunas de estas terapias
técnicas basadas en el cerebro son altamente susceptibles a los efectos
placebo", dice Stoeckel.
Estudios más robustos están en marcha para establecer el
beneficio del Neurofeedback para el TDAH y otros trastornos.
Optimismo cauto
Mientras tanto, en los últimos años, los investigadores incluyendo
Stoeckel, han comenzado empujar aún más
el Neurofeedback, utilizando las tecnologías más recientes de imágenes
cerebrales, tales como fMRI en tiempo real. Stoeckel y sus colegas son
cautelosamente optimistas a medida que exploran la próxima frontera del Neurofeedback.
"Tenemos muchas ganas de conducir con la evidencia", dice.
La Resonancia Magnética Funcional en tiempo real de ofrece
una gran ventaja sobre EEG, dice Stoeckel. Mientras EEG se limita
principalmente a la detección de la actividad en la superficie del cerebro, la resonancia
magnética funcional puede proporcionar información detallada acerca de lo que
está pasando en la profundidad del cerebro. Pero hay una trampa. Mientras que
las señales de EEG se pueden detectar milisegundos después de una neurona,
puede tomar hasta cinco segundos para traducir una señal de resonancia
magnética funcional. Además, fMRI es significativamente más caro.
En teoría, sin embargo, las dos técnicas se podrían combinar
para maximizar los beneficios, dice Stoeckel. Si los investigadores pueden
identificar de forma fiable los patrones de actividad neuronal asociada con
trastornos neuropsiquiátricos mediante resonancia magnética funcional, podrían
ser capaces de encontrar correlaciones de que la actividad que podría ser
detectado mediante el EEG, a un menor costo, más accesible.
Tal enfoque tendría diversas aplicaciones clínicas, Stoeckel
predice. En una sesión típica de terapia cognitiva conductual, por ejemplo, el
terapeuta podría ayudar a un paciente a desarrollar una estrategia de
comportamiento, entonces enviar a él o ella a casa a probar la estrategia en el
mundo real. En la siguiente sesión, hablarían de lo bien que había funcionado esta
estrategia. Con Neurofeedback, este proceso podría reducirse a una sola hora.
"Con el Neurofeedback en tiempo real, se puede tener a
la persona probando estrategias de comportamiento [mientras que el escáner],
mira a su cerebro y determina si una estrategia produce cambios en el cerebro
más adaptativas que otras" dice. Pero hasta ahora, ese tipo de Neurofeedback es todavía un "si" en lugar de un "cuándo".
"Es un campo muy nuevo", coincide Young, que está
explorando la retroalimentación de resonancia magnética funcional para el
tratamiento de la depresión. "Todavía estamos trabajando en qué regiones
del cerebro debemos enfocarnos para diferentes enfermedades, y cómo
convertirlas en tratamientos."
Pero ella está avanzando. Su interés se centra en la
amígdala y su papel en la respuesta a los estímulos de recompensa. A diferencia
de las personas sanas, las personas con depresión no experimentan un aumento de
la actividad de la amígdala cuando recuerdan memorias personales positivas, así
lo han descrito ella y sus colegas en un artículo reciente (American Journal of
Psychiatry, 2016). Pero el Neurofeedback podría cambiar eso.
En un estudio piloto, ella y sus colegas animaron a
voluntarios deprimidos a recordar recuerdos positivos dentro de un escáner de
resonancia magnética funcional. Mientras tanto, vieron la imagen de un
termómetro en una pantalla frente a ellos. Cuando la amígdala se activa, la
barra de termómetro subió. Con la práctica, los voluntarios aprendieron a hacer
subir la barra roja por el pensamiento de sus recuerdos. Aprender a
auto-regular su actividad de la amígdala de esta manera resultó en un mejor
estado de ánimo (PLOS One, 2014).
Hay mucho más en el tratamiento que sólo recordar tiempos
más felices, dice Young. Basta con preguntar a las personas con depresión
recordar recuerdos positivos puede empeorar su estado de ánimo. La clave, dice,
es recordar esos recuerdos mientras que tenemos a la amígdala en línea. La
amígdala interactúa con una red de regiones cerebrales implicadas en el
mantenimiento de la prominencia de los estímulos emocionales, explica.
"Estamos haciendo estas memorias positivas sobresalientes de los
individuos deprimidos."
Medicina mente-cuerpo
Antes de que el Neurofeedback con Resonancia Magnética
Funcional pueda ser ampliamente aplicado, los científicos tienen mucho que
aprender acerca de lo que ven como los trastornos psicológicos en el cerebro.
El registro de actividad en las regiones cerebrales individuales es un lugar
obvio para empezar, pero es sólo un primer paso, dice Nicholas Turk-Browne,
PhD, un psicólogo especializado en neurociencia cognitiva en la Universidad de
Princeton.
Mientras que el campo de la neurociencia cognitiva ha hecho
un gran progreso, es hasta ahora que se estudian las distintas regiones de las redes cerebrales involucradas en la exploración de un proceso cognitivo dado. Y en vez de solamente medir qué tan activa es una región, los
científicos están empezando a descubrir el contenido real - las llamados
"representaciones neurales" - almacenadas en el cerebro.
Recientemente, Turk-Browne y sus colegas demostraron cómo se
podría aprovechar este tipo de representaciones neurales para entrenar la
atención. Los participantes vieron imágenes de ambas escenas y rostros, y
fueron instruidos para centrarse en una categoría e ignorar la otra. A
diferencia del EEG (electroencefalograma), que por lo general sólo muestra si una persona está
prestando atención a algo, el fMRI permitió a los investigadores identificar cuál
de las dos categorías cada participante fue sintonizando.
Cuando los participantes fueron puestos al tanto en los
estímulos correctos, fueron recompensados con una tarea más fácil. Cuando los
escáneres cerebrales mostraron que sus mentes divagaban en la tarea a realizar,
automáticamente se hizo más difícil. Los participantes aprendieron a centrar su
atención durante períodos prolongados, un mejor desempeño en una prueba de
seguimiento después de una sesión de Neurofeedback (Nature Neuroscience, 2015).
Algún día, este tipo de entrenamiento de la atención podría
ayudar a tratar una serie de problemas, dice Turk-Browne. Las personas con
depresión a menudo rumian en lo negativo, por ejemplo. Las personas con
ansiedad social son hiper-conscientes de las amenazas potenciales en el medio
ambiente. "El Déficit de atención sostenida es un problema en muchos
trastornos de salud mental", dice.
Diseñar herramientas de entrenamiento en Neurofeedback con Imágenes
de Resonancia Magnética Funcional basadas en estados específicos del cerebro es
una idea convincente. Pero también es técnicamente un reto . "Averiguar a lo que una persona está atendiendo o recordando, y hacer estos análisis
en tiempo real, es computacionalmente demandante", dice Turk-Browne. Su
laboratorio, y otros en Princeton se han asociado con Intel con la esperanza de
desarrollar sistemas y programas informáticos que pueden manejar esa carga.
Mientras que el fMRI en tiempo real aún no está listo para su estreno, los defensores del Biofeedback dicen que es el momento
oportuno para añadir esas técnicas para la práctica psicológica estándar.
"Se está convirtiendo en la corriente principal para medir nuestra
fisiología", dice Thompson "La Biorretroalimentación es el siguiente paso lógico".
Para los psicólogos interesados en añadir estos
métodos a su práctica, Lehrer sugiere comunicarse con la Asociación de
Psicofisiología Aplicada y Biofeedback (AAPB) y la Alianza Internacional para la Certificación de Biofeedback (BCIA) para aprender acerca de la formación y la certificación
en ambas técnicas de Biofeedback y Neurofeedback.
"La medicina mente-cuerpo es tan importante en este
momento, y esta es una manera de ayudar a la gente a adquirir mayor conciencia rápidamente," dice Austad. "Esta es una herramienta que debe estar en
la caja de herramientas de los psicólogos."
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